Sobre mí...

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Barcelona, Catalunya, Spain
Hola queridos lectores, Mi nombre es Laura, vivo en Barcelona y me alegro mucho de que estén aquí, dedicando una porción de su tiempo libre a este espacio que intentaré llenar con información útil para todos en el día a día. El objetivo principal de este sitio, es plasmar reflexiones sobre temas variados, que estoy segura son de interés general. Espero que lo disfruten tanto como yo, y saquen provecho de todas ellas. En otro orden de cosas, puedo decir que adoro a los animales y mi gran pasión son los perros. Se aprende mucho con ellos, y claro está, tendremos su sección en nuestro espacio.

30 julio, 2011

3.-Una familia feliz

El inesperado arrebato de Darío había dejado atónitos a todos, pero la más sorprendida era la pobre Roxi. Su cabeza en ese instante parecía un remolino; en el fondo no sabía si alegrarse o empezar a llorar de pena.
- ¿Estaría otra vez siendo engañada por sus padres?
- ¿Qué se proponían ahora?
-¿Por qué actuaban así?
Las preguntas rondaban en su mente y la inquietaban. Un silencio absoluto se hizo en torno a la escena, cuando de pronto irrumpió el doctor Ibáñez acompañado de la enfermera pediatra.
-Bien, ahora me llevaré al pequeño Alex un ratito para que esta maravillosa joven le realice unas pruebas- y sin mucho rodeo retiró al recién nacido de los brazos de su abuela, que aun estaba viajando por las nubes como si la hubieran hipnotizado.
Julia era experta rompiendo el hielo en determinadas situaciones y esta vez hizo gala de su habilidad con entusiasmo.
-Roxi, tienes un niño precioso. ¡Supongo que eres feliz!- dijo Julia
Su intervención sacó a Roxi de su letargo, también a Rebecca.
-Sí amiga mía, soy muy feliz. Tengo a Alex y según el doctor es un niño saludable y fuerte. Me siento un poco rara siendo mamá -afirmó- Pero la sensación es maravillosa.
Todos rieron complacidos.
Darío se acercó a Roxi con su acostumbrada ternura, la estrechó entre sus brazos y le dijo:
-¡Felicidades hija!, ya eres toda una mujer y eso me complace. No sé qué ha ocurrido, pero el nacimiento de Alex ha cambiado algo en mi interior- y comentó además:
¿Sabes que tu dicha hace que mi corazón palpite con fuerza…? - hizo una pausa
- ¡Y hoy está acelerado! - agregó soltando sin disimulo una fuerte carcajada.
Nuevamente la sonrisa franca cubrió los rostros de los presentes.
Desde el momento en que Darío abrazó a Rebecca y la hizo flotar por las nubes con aquel beso lleno de amor, la feliz abuela había enmudecido. Roxi estaba impaciente, necesitaba hacer algún comentario sobre lo ocurrido, pero no sabía por dónde empezar, hasta que al fin dijo:
-Mamá, di algo. ¡Parece que papá se tragó tu lengua!
El comentario de Roxi, lejos de animar la conversación, provocó un incómodo silencio y las mejillas de Rebecca se sonrojaron, también Darío dio una vuelta nerviosa en el lugar mostrando su inquietud.
No era esto lo que Roxi quería, pero el resentimiento de tantos años hizo que su comentario brotara en forma irónica de sus labios. Ella no era así.
-¿Qué estoy haciendo?- pensó
- Ellos no se lo merecen, conmigo han sido encantadores toda la vida- se repitió a sí misma.
Y sin pensarlo mucho abrió sus brazos, invitando a sus progenitores a compartir con ella un mimo, que hacía muchos años estaba necesitando de los dos al mismo tiempo.
Fue un acto de ternura y comprensión, así lo vieron sus padres y ambos se abalanzaron con suavidad para deleitar sus corazones con la estampa de una familia feliz.
La imagen fue tan tierna que Julia no pudo reprimir la emoción. Intentó evitarlo pero las lágrimas acusaron su sensible corazón. Adoraba a su amiga y sabía que en este instante estaba siendo bendecida con el inigualable amor de sus padres.
Uno, dos..., quizás tres largos minutos sumergieron en un mar de bondad y pasión a estas tres personas, que aunque toda la vida habían estado bajo un mismo techo, disfrazaban con hipocresía sana sus marcadas diferencias y evitaban discusiones. Intentaba cada uno llevar a su manera el estilo adecuado de convivencia, sin afectar para nada la estabilidad del otro.
Su mundo, aparentemente apacible, era un torbellino reprimido, que hurgaba en lo más profundo de sus corazones lacerando sin misericordia sus sentimientos.
Los tres necesitaban este abrazo y quedaron satisfechos.

Hola queridos amigos

En el día de hoy tendrán dos capítulos más de Mi única verdad y si es posible el domingo, es decir mañana, insertaré otro más en compensación por el retraso no deseado.
Espero que estéis disfrutando de ellos y no olviden que vuestras opiniones me estimulan a continuar con la línea que me he propuesto seguir.
Me ayudarían mucho vuestros comentarios, así que nuevamente os animo a que participen en el blog. ¡Están invitados!
Un saludo para todos
Laura

24 julio, 2011

Hola a todos

Queridos lectores
siento decir que por problemas ajenos a mi voluntad, el capítulo de hoy no podrá ser publicado, pero les prometo que antes del próximo miércoles lo tendrán en el blog. 

Para compensar las molestias publico un poema que espero les guste.

20 julio, 2011

Hola queridos lectores

Primero que nada quiero enviarles un saludo afectuoso a todos los que dedican un poco de su tiempo a pasear la vista por mi blog y también a los que no lo hacen a menudo, y ¿Por qué no? a los que nunca lo han visto, al mundo entero, porque todos se lo merecen.
Con mucho cariño he creado este Blog y sin prisa pero sin pausa voy teniendo visitas en mis entradas. Me alegra muchísimo que de vez en cuando le echen una ojeada, pues realmente lo he ido enlazando con amor. Sé sin conoceros que somos una gran familia porque formamos parte de este maravilloso mundo que es Internet y que nos une a todos en la red.
Seguiré cada semana publicando como os prometí un capítulo de Mi única verdad y entre semanas intercalaré alguna poesía o comentario. Vosotros también podéis participar desde Facebook o Blogger, además podéis seguirlo a través del enlace Participa En Este Sitio, yo estaré encantada de aceptarlos.
Aprovecho la oportunidad para comentarles que tengo otro Blog en construcción, con agradables sorpresas, en el momento oportuno les haré llegar el enlace.
Un beso cariñoso
Laura

17 julio, 2011

2.-El gran día

Toda la tarde hizo frío y a pesar de ello el paseo se estaba haciendo agotador
-¿Qué te pasa, hija?-
Preguntó Rebecca.
- ¡No haces buena cara!
Roxi tenía una expresión diferente, no se podía definir pero un manto de palidez se dibujaba a cada momento en su rostro, provocando en su madre una lógica inquietud.
-No te preocupes mamá, no es nada, solo que me siento muy pesada.- dijo Roxi.
Pero la experiencia le decía a su madre que había llegado la hora y sin mucho alarde para no inquietar a la primeriza, sugirió volver a casa donde podría descansar tranquilamente. No hubo quejas como otras veces, la propuesta le pareció formidable y muy despacio hicieron el camino de vuelta. El sofá se hundió bajo el cuerpo de Roxi como una bendición y como un ángel durmió tres largas horas.
Entre tanto, Rebecca vigiló con ternura el sueño de su niña. Sabía que se aproximaba la fecha del parto y le pidió a Roxi le permitiera acompañarla durante esos días, a lo que esta accedió gustosa.
Para ella siempre sería su pequeña y no podía evitar preguntarse con lágrimas en los ojos, en que había fallado. Adoraba a su hija, al igual que Darío, entre ellos existían problemas pero le habían inculcado a Roxi la importancia de la familia, la razón por la cual debían estar unidos y durante todos esos años ocultaron su desamor para evitar que fuera infeliz.
¡Cuán lejos de la verdad estaba Rebecca!, vivía ajena a la realidad que su hija había descubierto. No podía ayudarla, tampoco rectificar su error y mucho menos convencerla de que el pequeño que llevaba en sus entrañas precisaba del cariño de un padre. De momento solo le quedaban dos opciones, darle su apoyo y demostrarle más que nunca que la amaba.
Justo cuando decidió marchar a la cocina para preparar un té, sintió que Roxi se movía inquieta, llevando reiteradamente sus manos al bajo vientre. Casi en un susurro comenzó a llamar a su progenitora.
-¡Mamá, mamá…!
No se hizo esperar, Rebecca volvió sobre sus pasos y con su acostumbrada ternura ayudó a su hija a ponerse en pie.
-Llévame hasta el baño, por favor.
Suplicó Roxi.
-¡Claro amor mío!, apóyate en mi hombro.
Solo dos pasos avanzaron. Con una mezcla de dolor y alegría reflejada en su mirada, Roxi buscó los ojos de su madre y le dijo.
-Se ha roto la bolsa, mamá. Estoy soltando agua.
Un segundo de silencio y un pequeño grito de emoción salió de la garganta de Rebecca; con la mirada buscó el teléfono.
-¿Dónde lo habría dejado?- Pensó
-¡Dios...! Tranquila cariño, no pasa nada.
Terminó con ella el trayecto hasta el baño y recogió desesperadamente el aparato de encima de la mesa. Llamó al Hospital y pidió que enviaran una ambulancia. Podía haber llevado a Roxi en su coche, pero temía que los nervios la traicionaran. Había tiempo suficiente, el centro materno estaba a poca distancia y no tardarían en llegar.
Todo estaba listo, el bolso, la chaqueta, las llaves a mano, la casa ordenada. Tenía que hacer unas llamadas.
Marcó con rapidez en el teléfono el número de Darío, estaba en el trabajo, no quería inquietarlo, pero tenía que llamar.
-¡Hola Darío!
Hacía más de dos años que Rebecca no marcaba este número, solamente hablaban cuando él llegaba a casa por las noches.
Una pregunta salió de los labios de su interlocutor.
-¿Ya es la hora?
No la dejó responder.
-Voy para allá - continúo Darío.
-¡Ve directo al hospital…! - Intentó terminar de decir Rebecca, pero ya había cortado. Llegaría a casa y tendría que salir para el centro materno. Un suspiro profundo se ahogó en su pecho
-Es igual…
Dijo para sí.
-Ya está avisado.
El abrumador sonido de la ambulancia, sacó a Rebecca de sus cavilaciones y en un instante se puso delante de la puerta para dar paso al personal de urgencias. No les dio tiempo ni a tocar el timbre. Pusieron a Roxi con mucha habilidad en la camilla y después de una rápida revisión se dirigieron al Hospital.
Todo fue muy rápido, las contracciones no paraban y Roxi sentía que su hijo iba a nacer. No pensaba en otra cosa, el amor de madre brotaba a raudales de lo más profundo de su corazón y le daba el valor suficiente para soportar las incomodidades del parto. Se aferraba a la idea de tener a su pequeño entre sus brazos y esto ahuyentaba al dolor.
Hacía nueve meses que el Dr. Ibáñez la había inseminado; el joven galeno no dudó nunca de la entereza de su paciente y la admiraba por ello, pero durante el parto Roxi reveló un coraje tan marcado que hizo al médico rendirse a sus encantos.
Fuera de la sala estaban todos reunidos, impacientes y nerviosos aguardaban el aviso del médico. Darío no paraba de dar vueltas, se paseaba por el pasillo de un lado a otro, mirando a cada instante la puerta que lo separaba de su hija, por momentos parecía que la iba a traspasar sin previo aviso, pero se contuvo.
Julia acompañaba a Rebecca, ambas estaban muy nerviosas, pero se animaban entre sí. Algo les decía que todo saldría bien y no estaban equivocadas.
Un último impulso, un esfuerzo supremo, era el momento.
-¡Ahora!
Ordenó el Dr. Ibáñez
-¡Empuja con fuerza, Roxi! Ya está casi afuera.
La respuesta no se hizo esperar, como un resorte la joven primeriza puso todo su empeño en aquel acto y en breves minutos Alex llegó al mundo.
Un fuerte llanto al salir del tierno abrigo de su madre delataron sus magníficos pulmones, aun sin cortar el cordón umbilical pusieron en los desesperados brazos de Roxi a su única verdad. Dos lágrimas corrieron por sus mejillas y su dulce mirada se deslizó entre todos para demostrar su gratitud.
En el exterior el resto de la familia continuaba esperando, cuando de pronto la puerta que los mantenía al margen se abrió benévola invitándolos a entrar. Unos y otros se miraron y sin pensarlo mucho apuraron el paso hasta la habitación indicada, donde Roxi permanecía feliz y sonriente en compañía de su pequeño.
Las lágrimas de alegría no se hicieron esperar, todos miraban con ternura a Roxi que parecía una diosa mostrando su fruto al mundo.
De pronto algo inesperado ocurrió, Darío tomó a su nieto en brazos, lo miró con orgullo y se lo entregó a Rebecca, nadie supo nunca que pasó. Con una ternura irreconocible los abrazó a ambos y como si fuera el mismo padre de la criatura, besó con ternura a su esposa delante de todos y ante el asombro de la mismísima Roxi, le dijo.
-¡Te amo!

10 julio, 2011

MI ÚNICA VERDAD

1.-Esperando un bebé
El avanzado estado de su embarazo provocaba en Roxi un gran cansancio, ya tenía dificultades para caminar y no podía evitarlo, sus rutinas habían cambiado de forma radical y a cada momento se sentía más pesada, las piernas se le inflamaban y sabía que el gran día estaba por llegar, pues las contracciones cada vez menos distantes delataban su proximidad. Pero a pesar de todo, era la mujer más feliz del mundo porque en su interior llevaba su única verdad, como siempre le llamaba al pequeño Alex.
Había preparado su hogar con esmero y dedicación esperando la llegada del bebé. Su aposento lucía una diminuta cuna al costado de su cama y un pequeñísimo armario en una esquina, hacía suponer que allí tendría todo lo necesario para el recién nacido en sus primeros días.
También la habitación contigua fue habilitada cuidadosamente para cuando el bebé pudiera dormir solo, ella misma se encargó del diseño. Con un gusto estupendo y una decoración que emanaba paz y tranquilidad organizó con cuidado hasta el último rincón del lugar donde crecería su hijo.
Roxi nació en el seno de una familia de clase media, su madre y su padre la habían criado con mucho amor, ambos se desvivieron por hacer feliz a su pequeña, sin embargo entre ellos mismos existía una barrera invisible que los separaba irremediablemente, no se amaban y cuando se percataron, Roxi ya estaba nacida. Sin embargo decidieron sacrificar sus vidas y vivir en aparente armonía para así evitar la infelicidad de su hija. ¡Qué gran error!
Mientras que Roxi fue pequeña, las disputas entre sus progenitores sucedían inadvertidas, pero a medida que pasaban los años comenzó a comprender que toda la cordialidad que existía en su familia estaba envuelta en un gran velo de mentiras y se sintió engañada y herida en lo más profundo de su corazón. No por ello reveló a sus padres el disgusto, calló como lo hicieron ellos durante muchos años.
En plena adolescencia Roxi vio su mundo destrozado, la idea de familia feliz había pasado a un segundo plano, no obstante solo se sentía afectada moralmente, porque jamás sus padres dejaron de atenderla y le prodigaban con dedicación todo el amor que un hijo necesita. Aun así no habían confiado en ella y el sentimiento de culpa por haberlos obligado indirectamente a estar unidos era tan fuerte, que en sus momentos de soledad lloraba con desconsuelo.
Nunca mostró al mundo su pena y el plan para su vida lo iba tejiendo en su mente con cuidado, su decisión se hizo patente a los diecinueve años, cuando comunicó a todos que sería una madre soltera.
Al principio sus amigos y familiares reían, pensaban que era solo un arrebato en plena juventud, además no le faltaban pretendientes, su mirada penetrante y sensual, sus cabellos rubios ondulados y su maravilloso carácter la hacían capaz de conquistar al más apuesto de los hombres. Pero la determinación de Roxi fue radical, solo pensaba en lo infeliz que se volvería la vida de su descendiente si algún día tenía que separarse de su pareja.
En la vida de aquella joven confundida, existía una persona que apreciaba mucho, Julia. Su mejor amiga y confidente. Eran tan fuertes los lazos de amistad que las unían, que parecían hermanas.
Como es de suponer, ya Julia estaba enterada de los planes de Roxi y como buena amiga le mostró su desacuerdo, a pesar de lo sucedido, ella había sido feliz junto a sus padres y no se merecía un castigo como ese.
-Estás equivocada Roxi, tus padres arriesgaron su destino porque quisieron... ¡Nena!, tú habías acabado de nacer, no eras consciente de nada-¬dijo Julia
A lo que Roxi espetó sumergida en llanto.
- Pero si yo no hubiera nacido¬, ellos ahora tendrían sus propias vidas...-
Julia no quiso rendirse.
- ¡O no?, simplemente se atrevieron a vivir su felicidad de esa manera, y deberías estar satisfecha porque tú fuiste el motivo que los impulsó. ¿O es que acaso cuando están junto a ti te demuestran lo contrario?-
No hubo manera, el caos que cruzaba la mente de Roxi era tan cargante que no podía pensar de otra forma y con esa firmeza de carácter que la diferenciaba de todos y dulces mimos abrazó a Julia y le dijo:
-No te sientas mal cariño, siempre estarás cerca de mí para apoyarme, estoy cansada de mentiras o de verdades ocultas, como quieran llamarlo… - Hizo una pausa, respiró profundo y después continuó -Tendré a mi hijo, lo criaré sola y esa será mi única verdad.

09 julio, 2011

Hola amigos

Después de una pequeña muestra de poesías, intentaré publicar una novela que he ido haciendo poco a poco para el deleite de todos. No creo que sea una gran obra, ni que pueda competir nunca con los grandes escritores, pero a mí, después de tenerla terminada me gustó y sobre la marcha iré haciendo algunos cambios cuando lo crea oportuno.
Consta de 25 capítulos relativamente cortos que supongo iré colgando cada semana, salvo que vosotros me pidáis que adelante el próximo…
El tema fundamental gira sobre una joven madre soltera y sus pericias para cumplir con eficiencia ese gran reto de la vida que es tener un hijo. Estoy segura que muchas cuando lo lean se sentirán identificadas con Roxi, nuestra protagonista.
¡Os deseo un feliz fin de semana a todos!