Una
taza de té y un cigarrillo,
Son
aliados de la pluma y el papel
Una
musa vuelta loca en mi cabeza,
Desempaña
los cristales, ¡Puedo ver!
Puedo
ver a mis amigas cotilleando,
Criticando
mi manera de vestir
Y
reírme felizmente en mis adentros,
Pues
los trapos dicen poco sobre mí.
Puedo
ver a mis dos perros cuando juegan
Y se
hablan en su idioma sin cesar
Y si
intento adivinar lo que se dicen,
Siento
ganas de volverme irracional.
Puedo
ver a mi pareja en su mundo,
Retirado
y empeñado en observar
Esa
foto que sacó aquella tarde
Y la
luz no lo quiso acompañar.
Puedo
ver a mi pequeña con su amiga,
Decididas
sobre todo a ganar
Y
sentir con mucho orgullo que en su vida,
Su
optimismo y su tesón la harán triunfar.
Puedo
ver aquel cuadro en la pared,
Que
aunque inmóvil tiene tanto que decir
Los
corceles corren libres por el prado,
¿Cuántas
veces he querido estar así?
Maravillas
que se muestran a mis ojos,
Van
colmando suavemente mi existir
Y al
tenerlas tan de cerca las disfruto,
Pues
permiten que yo viva más feliz.
Pero
en ello no está todo mi universo,
Muchas
cosas hoy por hoy me hacen sufrir,
Y las
veo cada día y con tal pena,
Que
muy pronto me comienzo a afligir.
Puedo
ver como niños por el mundo,
Azotados
por el hambre y la indigencia
Van
muriendo sin remedio y en sus ojos,
Se
refleja cruda y viva la miseria.
Puedo
ver como las guerras y conflictos,
Van
cegando la ilusión de hermanos nuestros
Y privando
de la vida sin reparo,
A
otros tantos que no deben haber muerto.
Puedo
ver como mujeres maltratadas,
Por
personas que carecen de pudor
Perecen
en los brazos de su amado,
Sin
poder adivinar cuál fue su error.
Puedo
ver a los jóvenes adictos,
Preocupados
porque ya no tienen más
Y no
hay freno que detenga el consumo,
De las
drogas que se empeñan en matar.
Solo
queda agradecerle a mi musa
La
paciencia que ha tenido al bajar
Y
rogarle a mi Dios aunque esté ausente,
Que
remedie por favor todo este mal.
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